Comer no solo es ganar energía, sino que para algunos es la mayor alegría de la vida. Hoy en día, salir a comer se considera entretenimiento y quizás una forma alternativa de pasar un buen rato con tus amigos o familiares. Durante un momento tan especial, uno querría tener la mejor y más saludable comida a un precio razonable. Seas vegetariano o carnívoro, seguir nuestros consejos profesionales puede brindarte fácilmente la mejor experiencia al comer en restaurantes.
1. Las ofertas especiales no ofrecen ningún valor por su dinero:
El tablero de ofertas especiales puede atraerte hacia su deliciosa lista de platos, pero ten en cuenta una cosa: pueden estar hechos con las sobras y nunca lo sabrías con certeza. Los restaurantes que no tienen una excelente reputación, podrían engañarte sirviendo especialidades compuestas por platos adicionales. ¡Cuidado con ellos!
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2. Evita pedir pasta si no es la especialidad del restaurante:
¿Quieres comer pasta? Entonces, apresurarte a entrar en un restaurante cuyos principales platillos no son de pasta, no es una buena idea. La pasta puede ser barata, pero seguramente desperdiciarás tu dinero ordenando este platillo.
3. Busca baños limpios:
¿Conoces la mejor manera de evaluar si un restaurante es lo suficientemente bueno? Mira los baños para ver si están limpios. Los baños limpios dan la impresión de que el área de la cocina estará cuidada de la misma manera, así que te recomendamos inspeccionar primero los servicios sanitarios para que puedas disfrutar de tu sabrosa comida sin ningún tipo de sospecha acerca de la limpieza del lugar.
4. La actitud marca la diferencia:
Los restaurantes suelen ofrecer sus mejores servicios a los críticos, ya que saben que esto se trata de conservar su reputación. Hacer algunas preguntas sobre la historia del restaurante, su mejor comida, etc. puede hacerte parecer como un crítico, en seguida todos los beneficios que esto conlleva llegarán a ti.
5. ¿Deseas probar algo fresco? Pregunta por papas fritas sin sal:
Pedir papas fritas saladas no es una buena idea. Ya que nunca sabrás si son frescas o no. En su lugar, elije papas sin sal y agrégales la sal a tu gusto.
6. Disfruta de la comida a tu propio ritmo en el área del bar:
A los restaurantes no les parece buena idea dejar que sus clientes esperen. Por lo tanto, normalmente en un restaurante, no puedes sentarte tranquilamente a hacer sobremesa después de haber terminado de comer, por la presión que los empleados comenzarán a ejercer sobre ti en su afán de dejar el lugar libre para el siguiente cliente. Puedes disfrutar de tu comida tanto en un restaurante, como en un bar, pero la diferencia entre ambos es que en un bar no es necesario que te levantes de la silla inmediatamente después de comer.
7. ¿No estás seguro de qué pedir? Pregúntale al camarero:
Habla con los camareros para conocer los mejores platos del restaurante, ellos lo conocen todo y podrán darte una salida para elegir el mejor platillo entre todas las opciones que te presentan en el menú.
8. Nunca pida bebidas con demasiado hielo si el restaurante no ofrece refill:
¡Pide todo el hielo que necesitas si te ofrecen rellenar tu vaso gratuitamente! Pero si cada vaso cuesta lo mismo, mejor obtén más bebida evitando la sobrecarga de hielo en ella. ¿No te gustaría que tu bebida tuviera demasiada agua, verdad? ¡Entonces pide poco o nada de hielo! Mejor ordena el hielo a parte y agrega de a poco a tu vaso conforme vayas consumiendo tu bebida.
9. Para comer menos, pide sopa como aperitivo:
¿Qué te parecería consumir un 20% menos de calorías? ¡Ordena un plato de sopa antes de ir directo hacia el plato fuerte!
10. Evita el primer tiempo de servicio en un buffet:
Los buffets están diseñados de manera que las personas llenen sus platos con la comida más barata antes de tener acceso a la comida más cara. Se puede pensar que si vas a un buffet, estás pagando menos por más, pero ¿es realmente así? La verdad no lo es, la comida más barata siempre se coloca al frente o en primer lugar, y la mayoría de la gente tiende a llenar su plato desde el principio, reduciendo considerablemente el espacio para la comida más costosa, que vendrá justo después.